9.1.05

Que el amor es un dios

Somos responsables de nuestros sentimientos. Amor, odio, rencor, celos, ambición, soberbia. Los sentimientos, como actos de volición que son, pertenecen a nuestro ámbito de responsabilidad, exactamente igual que nuestras acciones, palabras y omisiones. Los sentimientos se buscan, se fabrican, se alientan, como mínimo se permiten, se consienten (se con-sienten). Sin embargo, cuando un sentimiento nos aboca a un acto innoble y reprobable, solemos excusarnos, alegando que lo que sentimos está fuera de nuestro arbitrio y control (por ejemplo, cuando por amor a un tercero rompemos un compromiso y abandonamos a una persona con la que manteníamos una larga relación). Y entonces alegamos: yo no lo quise, yo no lo busqué. Surgió así, ahora estoy enamorada. Fue designio del destino, del Hado, de la providencia; fue imposición de Dios o de Zeus; fue flechazo de Eros, venganza de Afrodita. En resumen, es superior a mis fuerzas y nada puede hacerse.

Pero los racionalistas antiguos no estaban de acuerdo. Y sostuvieron que somos responsables de nuestros sentimientos. Y que no es más que una excusa hacer responsables de ellos a instancias superiores. Lo dice muy claramente Séneca, en Dial. X 16, 5:

Quid aliud est vitia nostra incendere quam auctores illis inscribere deos et dare morbo ejemplo divinitatis excusatam licentiam?

¿Qué otra cosa es más que alentar nuestros vicios el responsabilizar a los dioses de ellos y, con el ejemplo de la divinidad, dar a nuestro pecado permiso excusado?
Y el mismo Séneca expresó el pensamiento más poéticamente, en su tragedia Fedra. Cuando Fedra confiesa su amor ilícito por su hijastro Hipólito, y atribuye a Eros la responsabilidad, la nodriza le contesta muy racionalmente:

Que el amor es un dios, eso lo inventó la pasión torpe
y entregada al vicio, y para ser más libre
asignó a su locura el marchamo de una falsa divinidad.
Evidentemente, Ericina envía a su hijo a vagar por todas las tierras,
y él, volando por el cielo,
lanza dardos impúdicos con su tierna mano,
y, siendo el más pequeño de los dioses, tiene tan grande poder.
De esa hueras patrañas se convenció a sí mismo un espíritu fuera de razón
e inventó la voluntad divina de Venus y los arcos del dios. (vv. 195-203)

En otros pasajes clásicos se documenta el mismo reproche racionalista (Eurípides, Troyanas 988-89; Luciano, Antología Palatina 10.29; [Séneca], Octavia 557-560). Y el cliché aparece en el Renacimiento inglés, en un pasaje del poeta Sir Philip Sidney (1554-1586). Se trata del Soneto 5, versos 5-6, de la secuencia petrarquista Astrophel and Stella:

It is most true, what we call Cupid’s dart
an image is, which for ourselves we carve.
Quizá Sidney fuera a su vez fuente de Henry Purcell (1659-1695), que compuso la ópera Dido and Aeneas. En la escena 2 del Acto III de la ópera, después de que Eneas justifique ante Dido su abandono como un decreto de los dioses (“The God’s decree”), ésta contesta que los hipócritas que cometen una acción reprobable suelen hacer a los dioses responsables:

Thus on the fatal banks of Nile,
weeps the deceitful crocodile;
thus hypocrites, that murder act,
make Heav’n and Gods the author of the fact.


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5 Comments:

Blogger Ángel Ruiz said...

He visto este artículo que quizá te pueda interesar; yo aquí no tengo acceso a la revista:
Ball, Robert J., "The Correspondence of Gilbert Highet and Cyril Bailey" Classical World 98.1 (2004), p. 30-60

10/1/05 11:50  
Blogger Gabriel Laguna said...

Muchas gracias por la referencia. Veré este artículo.

10/1/05 13:04  
Blogger Unknown said...

Llevo poco tiempo físico leyéndole pero estoy intentando ponerme al día con todo lo que hay. No iba a dejar comentarios porque no tengo realmente nada que aportar, pero ante esta entrada me he visto obligada a hacerlo.

Sólo con intención de felicitarle. Se dicen muchas verdades en ella.

28/5/07 14:57  
Blogger Unknown said...

Profesor Laguna: Hoy he descubierto su página sobre la TRADICIÓN CLÁSICA y estoy maravillado. Lo felicito y ojalá siga con ella. Cada nota es una fuente de sabiduría y bien decir.
Respecto de la nota sobre "Que el amor es un dios", recuerdo las palabras de Dante en La Vita Nuova cuando ve venir hacia él a Beatríz (Vice): "Ecce deus fortior me qui viniens dominabitur mihi"
Cordial saludo, Edgar Ramírez, Bogotá, Colombia.

1/8/09 22:36  
Blogger Unknown said...

nice to read such a good article, try to keep it up

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