Festival de Eurovisión: comentario filológico y sociológico
Advierto con horror y sentimiento de culpa que hace ya casi un mes que no publico una nota en este blog. No tengo excusa para este incumplimiento flagrante del motto nulla dies sine linea, salvo, quizá, la falta de cosas que decir. Y no sé si esta inopia se corregirá en el futuro. Es de notar, sin embargo, que el número de visitas de lectores de este blog no ha descendido, sino aumentado, a pesar de mis afrentas, ausencias y agravios. En especial, tienen muchas visitas las anotaciones (posts) sobre la expresión "echar un polvo", que han suscitado, además, muchos comentarios y réplicas de parte de mis fieles lectores. Gracias.
Ayer se celebró el Festival de Eurovisión, televisado en todas las televisiones europeas (supongo que no en América). Las canciones eran bastante malas, en su mayoría (me gustó la de Suiza). Ganó Grecia, con un auténtico bodrio de canción. Pero en el Festival se observaron algunas curiosidades dignas de comentario:
- Lo que más me llamó la atención es que, desde el punto de vista lingüístico, una amplia mayoría de países (más de dos tercios del total) renunciara a sus dignas y hermosas lenguas nacionales, para cantar en inglés. De este modo, el inglés se ha convertido en una auténtica lingua franca del Festival. Algunos casos llamativos de países cantando en inglés: Malta, Grecia, Chipre y... Rusia (!): ¡qué extraño se hace oír a Rusia cantar en la lengua de la potencia yankee, enemiga acérrima durante tantas décadas de Guerra Fría!
- En cada país los ciudadanos votaban por teléfono o por SMS. No podían, votar, obviamente, por el propio país. Pero en varios casos se ha dado la circunstancia curiosa de que los inmigrantes entranjeros en un país han votado por su país de origen. Así, la canción más votada por y en España ha sido la de... Rumanía (!?): obviamente los votantes de esta canción han sido los numerosos gitanos rumanos que pululan en España; en la misma línea, la segunda canción más votada por Alemania ha sido Turquía (hay muchos inmigrantes turcos en Alemania).
- La canción más votada por el Reino Unido fue la de Grecia: ¿acaso para descargar la mala conciencia o en desagravio por el expolio de las esculturas del Partenón, hoy en el Museo Británico, que fueron llevadas de Grecia a Londres por el conde de Elgin entre 1801 y 1806? Creo sinceramente que más les valdría a los ingleses devolver a Grecia lo que le sustrajeron (y poner en su lugar en el Museo Británico unas resultonas réplicas de escayola), en lugar de votarles por una canción tan mala.
En fin, eso es lo que quería comentar sobre el Festival de Horrorvisión (algunas cosas, con todo, se salvaban: la cantante mulata que representaba a los hijos de la Gran Bretaña era realmente guapa y alegraba la vista, aunque la canción era pésima, y quedó merecidamente la última). Y me callo aquí, porque creo que ya me he deslizado demasiado por los parajes de lo políticamente incorrecto, "The undiscover'd country, from whose bourn /No traveller returns". Igual se me ha contagiado algo del blog Mangan's Miscellany, de Dennis Mangan.
Actualización (25 de Mayo, 2005; 17.30h):
1) Cuando escribí lo anterior, relativo a las esculturas del Partenón arrebatas a Grecia, no sabía que la cuestión de los "mármoles de Elgin" (Elgin's Marbles) sigue siendo objeto de debate candente en estos días. Pues sí: véase aquí.
2) Y otra cosa: creo sinceramente que hay aproximadamente las mismas posibilidades de que el Reino Unido devuelva las esculturas del Partenón a Grecia como de que devuelva Gibraltar a España.
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