Cuando el amor quita el sueño
Los clásicos concebían el amor como una auténtica enfermedad, con su correspondiente etiología, síntomas y tratamiento. Se consideraba que entre los síntomas habituales de este síndrome se encontraban la palidez, la calentura, la inapetencia, la agitación y... sí, el insomnio. Toda esta concepción se manifiesta y documenta, por supuesto, en los textos literarios, pero no sólo era una convención literaria, sino una convicción presente en la vida cotidiana y en la ciencia médica (ya hablé de esto en este artículo).
Hoy la moderna medicina (y, especialmente, la especialidad de la neurología) ha intentado explicar sobre bases más científicas estos síntomas del amor. Parece que el enamoramiento suscita la secreción y liberación en el cerebro de drogas endógenas, como la feniletilamina o la dopamina, que tienen efectos fisiológicos en el organismo del enamorado. En concreto, la feniletilamina es similar en sus efectos a la anfetamina, y como tal es responsable de síntomas de amor tales como la taquicardia y los sudores, la inapetencia y (lo que nos interesa aquí) el insomnio.
Hablando de insomnio de amor, he acabado de leer recientemente el libro Los cien golpes, de la joven italiana Melissa P. (la novela se está llevando al cine actualmente). Ahí la autora cuenta sus vivencias erótico-sentimentales. Un joven enamorado de ella le canta una serenata (se trata, por lo visto, de una canción tradicional siciliana). He aquí el texto:
Mi votu e mi rivotu suspirannu,Esta canción (en versión ligeramente distinta) se puede ver y escuchar en este video:
passu li notti 'nteri senza sonnu,
e li biddizzi tò vaju cuntimplannu,
tipenzu de la notti fino a jornu.
Pi tia non pozzu n'ura ripusari,
paci non havi chiù st'afflittu cori.
Lu vò sapiri quannu t'aju a lassari?
Quannu la vita mia finisci e mori.
Doy vueltas y más vueltas suspirando,
paso las noches enteras en vela,
contemplando tu belleza,
pienso en ti de la noche a la mañana.
Por ti no puedo reposar ni un momento,
no tengo sosiego, de tan triste que está el corazón.
¿Quieres saber cuándo te dejaré?:
Cuando mi vida acabe y muera.