4.9.06

El miedo hace girar el mundo (Fear makes the world go round)

[Update 14-09-2006. For an English translation of this post by Richard Blazek, see here. Thanks, Richard!]

Es incontable la cantidad de cosas que el ser humano hace por miedo. No creo, con Freud, que la motivación de la especie humana sea única: la pulsión sexual. Tampoco me convence que la motivación del hombre sea doble, como ya sostenía el Arcipreste de Hita, la subsistencia (preservación del individuo) y la procreación (preservación de la especie):

Como dise Aristóteles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençia; la otra era
por aver juntamiento con fembra plasentera. (Libro de Buen Amor, estrofa 71)
No, la motivación universal, el motor ubicuo del mundo, es el miedo.





El bebé de pecho reclama con su llanto el alimento y el arrullo de la madre, porque tiene miedo: a morir de inanición o a ser pisado o vapuleado por un congénere mayor. Los niños en la escuela abusan de los más débiles porque temen, ellos mismos, ser victimizados por los demás: dan miedo porque tienen miedo. Por miedo a la soledad o al ostracismo social trabamos amistad con otros individuos. Ese mismo miedo nos lleva a agruparnos (“la unión hace la fuerza”, se dice) en variadas asociaciones, clubes, partidos políticos o sindicatos (sindicatos: esas sociedades cuasi mafiosas de protección mutua, que blindan a sus afiliados contra el miedo a todo lo exterior). Estudiamos y desarrollamos carreras profesionales porque sentimos miedo a “no ser nadie” en la jungla humana y, por tanto, a no ser capaces, a lo largo de nuestra vida, de procurarnos sustento vital, atención médica y protección contra los elementos hostiles. Cuando estamos enamorados, incurrimos en las mayores indignidades y bajezas por miedo a que la persona amada nos rechace o nos abandone. La gente se empareja y se casa con la persona equivocada por miedo al aislamiento. Procreamos hijos porque nos asusta imaginarnos solos en nuestra senectud, o porque pretendemos neutralizar el miedo a que se disipe el recuerdo de nosotros una vez hayamos muerto.

A muchos atrae el poder y la riqueza (como veremos en Lucrecio), porque tales bienes nos colocan aparentemente en posición de seguridad y eximen del miedo. Nos embriagamos con drogas o alcohol para evadirnos, porque nos aterra encarar la realidad. Nos aferramos a la vida, porque tenemos miedo a la muerte, como Hamlet:

For in that sleepe of death, what dreames may come,
When we haue shuffel'd off this mortall coile,
Must giue vs pawse. There's the respect
That makes Calamity of so long life
For who would beare the Whips and Scornes of time, […]
When he himselfe might his Quietus make
With a bare Bodkin? Who would these Fardles beare
To grunt and sweat vnder a weary life,
But that the dread of something after death,
The vndiscouered Countrey, from whose Borne
No Traueller returnes, Puzels the will,
And makes vs rather beare those illes we haue,
Then flye to others that we know not of.
Thus Conscience does make Cowards of vs all,

Pues los ensueños que nos puedan acontecer durante el sueño de la muerte,
una vez que nos hayamos desprendido del mortal velo,
deben hacernos recapacitar. En ello consiste el miedo
que consiente la desgracia de una vida tan prolongada.
Pues ¿quién soportaría los azotes y desaires del tiempo, […]
cuando él mismo podría procurarse tranquilidad
con una simple daga? ¿Quién aguantaría sufrir estas taras,
para gemir y sudar bajo la carga de la vida,
si no fuera porque el miedo a algo tras la muerte,
a ese país desconocido, de cuyas lindes
ningún viajero regresa, confunde a la voluntad
y nos hace aguantar estos males que tenemos,
antes que escapar en pos de otros ignorados?
Así, la conciencia hace de todos nosotros unos cobardes.
Y al revés: los desesperados optan por el suicidio: se aferran a la muerte por miedo a la vida. Por miedo se perpetran las mayores iniquidades e injusticias: se estafa, se roba, se mata, se denigra al prójimo, pues tememos ser víctimas nosotros mismos de esos abusos, y optamos por adelantarnos. Los miembros de los tribunales que juzgan en las oposiciones y habilitaciones de Universidad prevarican por miedo: prefieren promocionar a candidatos de confianza, que no les hagan sombra ni les asusten, mientras postergan a los más capaces, porque les dan miedo. Los tiranos tiranizan más cuanto más miedo sienten de sus súbditos. Cuando el tirano Creonte exilia a Medea del reino de Corinto, le espeta: libera cives metu (“libera a los ciudadanos del miedo”; Séneca, Medea 270). Y, por elevarse de la psicología individual a la colectiva, los estados emprenden guerras por miedo a que el enemigo tome la iniciativa.

Creo incluso que, antropológicamente, tanto la sonrisa como la depresión nacieron del miedo. La sonrisa era un rictus de la boca con que los primates débiles transmitían a los dominantes el mensaje de que no suponían una amenaza. Es decir, sonreían los tímidos (los que tenían miedo, del verbo latino timere, “temer”). La depresión, con la actitud pasiva y apocada que produce en el individuo, servía para transmitir idéntico mensaje de rendición e indefensión de cara a potenciales agresores. En definitiva, es el miedo es el que mueve al género humano a interaccionar con su entorno y con los demás individuos. Hasta creo que los "blogueros" escribimos artículos en nuestro blog por miedo a no ser nadie, a que nadie cuente con nosotros, en la blogosfera. Miedo, siempre el miedo.

Javier Marías, en su novela Tu rostro mañana. 2. Baile y sueño (Madrid: Alfaguara, 2004), describe cómo los criminales se defenderán en el juicio final de sus crímenes y tropelías:

Y los acusados responderían siempre: “Fue necesario, defendía a mi Dios, a mi Rey, mi patria, mi cultura, mi raza; mi bandera, mi leyenda, mi lengua, mi clase, mi espacio; mi honor, a los míos, mi caja fuerte, mi monedero y mis calcetines. Y en resumen, tuve miedo”. (p. 162)
Y Lucrecio, el apóstol en Roma de la filosofía epicúrea, desarrolla por extenso el tema de que es el temor a la muerte la razón por la que las personas cometen todo tipo de iniquidades y crímenes durante su vida (De rerum natura 3.59-73):

denique avarities et honorum caeca cupido,
quae miseros homines cogunt transcendere fines
iuris et inter dum socios scelerum atque ministros
noctes atque dies niti praestante labore
ad summas emergere opes, haec vulnera vitae
non minimam partem mortis formidine aluntur.
turpis enim ferme contemptus et acris egestas
semota ab dulci vita stabilique videtur
et quasi iam leti portas cunctarier ante;
unde homines dum se falso terrore coacti
effugisse volunt longe longeque remosse,
sanguine civili rem conflant divitiasque
conduplicant avidi, caedem caede accumulantes,
crudeles gaudent in tristi funere fratris
et consanguineum mensas odere timentque.

En fin, la avaricia y el deseo ciego de honores,
que obligan a los desdichados hombres a transgredir los límites de la justicia
y, a veces, como cómplices y colaboradores de crímenes,
a esforzarse las noches y los días, con esfuerzo ímprobo,
en alcanzar máximas riquezas, estos vicios de la vida
se alimentan en gran medida por el miedo a la muerte.
Pues el vergonzante desprecio y la dura pobreza
parecen incompatibles con una vida dulce y segura
y son como un estar ya a las puertas de la muerte.
Por ello, los hombres que, forzados por un terror gratuito,
pretenden escapar lejos y huir lejos,
mediante la sangre de sus conciudadanos acrecientan su patrimonio
y, ansiosos, duplican sus riquezas, acumulando muerte sobre muerte.
Crueles, se alegran en el luctuoso funeral de un hermano
y odian y temen los banquetes de sus parientes.

Siendo así, no cabe duda que la mayor virtud ética y cívica es la valentía. Pero qué pocos la tienen.

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8 Comments:

Blogger Vulcano Lover said...

La valentía es un ejercicio difícil, porque pasa por enfrentarse a uno mismo... Quizá sea que a lo que tenemso miedo es a la misma existencia, a la incapacidad de asimilar el sinsentido de vivir, da lo cual nosotros mismos somos nuestro más cercano ejemplo. No sé, no sé... La experiencia me dice que tienes razón, la mayoría de las acciones humanas tienen como motor un miedo, que debería ser definido muy ampliamente, pero que sí, es miedo...

5/9/06 12:04  
Blogger Mercurio said...

Saludos paisano. Acabo de descubrir este tu blog enlazado desde librodenotas, y me ha pareceido sumamente interesante, un tema que siempre me ha sido recurrente; quiza no sea tan extremista como la posición que das a entender, pero nunca he dudado que hacemos muchas mas cosas por miedo de las que en principio creemos hacer por sentimientos mas nobles.
Voy a empezar a digerir el resto de tus entradas, pero tiene muy buena pinta.

5/9/06 13:05  
Blogger Gabriel Laguna said...

Me alegro de que, en general, se comparta mi tesis. Claro está que la he expuesto de manera un tanto ensayística y exagerada. Sí pienso que una motivación universal del hombre es buscar su seguridad (física, psíquica, emocional), y esa pulsión se manifiesta en el miedo que se siente de que esa seguridad sea quebrantada. Por otro lado, estoy de acuerdo con Vulcano lover y con Mercurio en que habría que definir el miedo en términos muy amplios y generales, pero aun así, sigue siendo miedo. Gracias a malditaluna y a todos por leer, y por estar ahí, y además decirlo. Un abrazo.

5/9/06 16:55  
Blogger el llibreter said...

Tal vez sería oportuno apuntar que el miedo es el arma política más efectiva de todos los tiempos. El famoso trueque de menos libertad para ganar más seguridad es un ejemplo más del viejo "o nosotros o el desastre", tan de actualidad en todo el mundo.

Saludos cordiales.

5/9/06 21:25  
Blogger Maribel Molina Rey said...

Pues yo no creo que tu tesis sea excesiva¡ estoy totalmente de acuerdo con ella.

Es curioso, pero desde hace dias estoy medito sobre el tema, ahora me encuentro contigo, con el post y con esta frase "Creo incluso que, antropológicamente, tanto la sonrisa como la depresión nacieron del miedo", es más, yo pienso que la depresión no nace exactamente del miedo, la depresión como tal es la conciencia de que tenemos miedo y se produce cuando lo descubrimos, es una apreciación.

Salud,

6/9/06 22:33  
Blogger sebaargentina said...

Soy Argentino, un país en estado de pánico permanente, formado por forajidos de toda Europa que hicieron del miedo el "sentido común", y hoy todavía eso no cambia.
Me parece muy bueno el artículo y a la vez me impresioma como el miedo es el tema mas tabú de todos. Podemos hablar de sexo, muerte, locura, drogas, de todo lo imaginable. Pero hay un impresionante temor a desenmascarar el miedo y sus argumentaciones lógicas.

23/12/06 18:23  
Blogger kasandra said...

Describes miedos justos pero la mayoría son sólo la ilusión del miedo. Eso es lo peor...

2/5/07 14:57  
Blogger Anastasia said...

Pido permiso para plagiarme la foto de los ojos :)

13/5/07 03:24  

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