Un chascarrillo de Juan Valera (y su fuente clásica)
Este año, fecha de conmemoración de tantos aniversarios literarios (El Quijote, Andersen, José María Gabriel y Galán), se celebra también el Primer Centenario de la muerte del escritor Juan Valera (1824-1905), oriundo de Cabra (Córdoba, España).
Tuve ocasión de asistir el pasado viernes 22 de Abril a un interesante recital de textos del autor que tuvo lugar en la Biblioteca de Rabanales de la Universidad de Córdoba. Había también una exposición bibliográfica sobre Valera. Uno de los libros expuestos era una edición de la obra Cuentos y chascarrillos andaluces. Este ejemplar estaba abierto por la página en que podía leerse el chascarrillo titulado "A quién debe darse crédito". El texto de este chiste está accesible aquí, y lo copio también a continuación para comodidad de mis lectores:
Llamaron a la puerta. El mismo tío Pedro salió a abrir y se encontró cara a cara con su compadre Vicentico.No es descartable que Juan Valera hubiera oído en ambientes populares este chiste, o alguna versión parecida. Pero Juan Valera era un conocedor destacable de la literatura clásica. Tenía buenos conocimientos de latín y hasta una cierta familiaridad con el griego clásico. Y, así, cabe la sospecha de que el chascarrillo "A quien debe darse crédito" sea una versión de Valera de un chiste contado ya por Cicerón en un pasaje del tratado De oratore (2.276) sobre Nasica y Enio. He aquí la versión del chiste en Cicerón, con traducción castellana:
Buenos días, compadre. ¿Qué buen viento le trae a usted por aquí? ¿Qué se le ofrece a usted?
-Pues nada... confío en su amistad de usted... y espero...
-Desembuche usted, compadre.
-La verdad, yo he podado los olivos, tengo en mi olivar lo menos cinco cargas de leña que quiero traerme a casa y vengo a que me empreste usted su burro.
-¡Cuánto lo siento, compadre! Parece que el demonio lo hace. ¡Qué maldita casualidad! Esta mañana se fue mi chico a Córdoba, caballero en el burro. Si no fuera por esto podría usted contar con el burro como si fuese suyo propio. Pero, qué diablos, el burro estará ya lo menos a cuatro leguas de aquí.
El pícaro del burro, que estaba en la caballeriza, se puso entonces a rebuznar con grandes bríos.
El que le pedía prestado dijo con enojo:
-No creía yo, tío Pedro, que usted fuese tan cicatero que para no hacerme este pequeño servicio, se valiese de un engaño. El burro está en casa.
-Oiga usted, replicó el tío Pedro. Quien aquí debe enojarse soy yo.
-¿Y por qué el enojo?
-Porque usted me quita el crédito y se lo da al burro.
ut illud Nasicae, qui cum ad poetam Ennium venisset eique ab ostio quaerenti Ennium ancilla dixisset domi non esse, Nasica sensit illam domini iussu dixisse et illum intus esse; paucis post diebus cum ad Nasicam venisset Ennius et eum ad ianuam quaereret, exclamat Nasica domi non esse, tum Ennius "quid? ego non cognosco vocem" inquit "tuam?" Hic Nasica "homo es impudens: ego cum te quaererem ancillae tuae credidi te domi non esse, tu mihi non credis ipsi?"Actualización (15-Mayo-2005)
Como aquella anécdota de Nasica: éste, como hubiera ido a casa del poeta Enio y, al preguntar por él desde la puerta, la esclava le hubiera dicho que no estaba en casa, Nasica se dio cuenta de que ella había dicho eso por orden del amo y de que sí estaba dentro; unos pocos días después, cuando Enio fue a casa de Nasica y preguntó por él en la puerta, el propio Nasica gritó que no estaba en casa. Entonces Enio le dijo: "¿Cómo que no? ¿Es que no reconozco tu propia voz?". Y entonces Nasica le contestó: "Eres un sinvergüenza: cuando yo pregunté por ti, creí a tu esclava al decir que no estabas en casa, ¿y tú no me crees a mí mismo?"
A propósito de esta nota, Dennis Mangan, el autor del blog Mangan's Miscellany (un blog inteligente, punzante, culto y, a veces, políticamente muy incorrecto), ha publicado una traducción al inglés del chascarrillo de Juan Valera. Gracias por la deferencia, Dennis.